Alexander Cevallos

Nuevos medios: prácticas y perspectivas

14 de septiembre de 2016

Del medio, el cuerpo y el tipo

¿Cómo construyen estereotipos los medios?

“No se puede sobrevivir si uno enfoca su ambiente, el drama social, desde un punto de vista fijo, inmutable: la estúpida respuesta reiterativa ante lo que no se percibe.”
Estar rodeado de símbolos, figuras, grafías y lenguaje por todos lados, es el cotidiano ambiente en que nos desenvolvemos. Las temáticas varían, los fines son distintos y las formas son versátiles, pero todo gira en torno a los individuos. Cada uno de esos entes vivientes parados en dos extremidades que son capaces de muchas cosas sorprendentes. Puede decirse que el ambiente les habla, los estudia, los vigila y los mueve, de forma inconsciente, a los fines que el ambiente quiere y, posiblemente, necesita. Sería un medio en el que los individuos que lo hacen son los objetos a dominar. No de forma opresiva y frontalmente explotadora, sino de manera inconsciente, logrando que el instinto se vuelva a favor de los intereses de quien controla el medio. Un medio que ya no se somete a sus engendradores, sino que influye en ellos también, dominando a los dominadores.
El medio lo abarca todo, de múltiples maneras, y con todos los medios posibles. Se vuelve rico en lenguaje, en figuración y en simbolismo, definiendo relaciones de significado entre figuras, símbolos y grafías que crean nuevos conceptos y nuevas propuestas. El medio se impone a través de estas propuestas, reafirma su influencia y reenmarca sus linderos de “progreso”.
A partir de las más nuevas tecnologías el medio recibe nuevas herramientas, estas lo actualizan y le introducen nuevos instrumentos para que sigan moldeando a los individuos. Las nuevas tecnologías van girando cada vez más y más alrededor de la más novísima herramienta del medio, el cuerpo. Es en este en el que el medio vuelve a revitalizar sus perspectivas y ampliar sus horizontes. El cuerpo se vuelve el soporte en el que se imprimen los códigos de las nuevas perspectivas; enmarca el más actual ejemplo de patrón ejemplificador del norte hacia el que se enrumba el medio; atrapa los sentidos y los guía por medio del estilo de vida que “deberían tener”.

El cuerpo como herramienta alienante es, en cierta forma, perfecto para disciplinar a los demás cuerpos. Es una figura con la que se empatizan los individuos, en la que pueden verse o sentirse reflejados, la ven como un algo familiar en la que se logra confiar. En si el medio llega a hacer del cuerpo su herramienta de influencia por excelencia. A pesar de haber otros instrumentos que en su momento lograron enfatizar la influencia de los dominadores, el medio vuelve hacia el cuerpo para reafirmar su influencia y afianzar más su poder sobe la sociedad, los individuos o el hombre.
A través de la reapropiación del cuerpo, como figura íntimamente influyente entre los individuos, se llega a la elaboración de patrones de conducta usados para “administrar” la sociedad y mantenerla bajo “orden” y dominio. Patrones definidos en base a las características generalizadas encontradas en cada uno de los individuos, llegando a definirlos y enmarcarlos dentro de un criterio de especificidad y comportamiento.
Esta manera de “ordenar” a los componentes de la sociedad dentro de líneas de comportamiento viene dándose a través de un cuidadoso sistema para catalogar y marcar a los individuos del tipo “dañinos” para los individuos del tipo “beneficiosos” para la sociedad en la que viven.

La clase peligrosa constituía una sociedad diferente, apartada de su ‘otro’ yo. La oscuridad, la miseria, la enfermedad correspondía al crimen, a la violencia, a la prostitución y para la burguesía el ‘miedo’ hacia esta clase “salvaje”, hacia el desorden social, garantizaba la defensa de sus bienes y su diferenciación42. En este ambiente patológico, la ciencia de la estadística desarrollada en la primera mitad del siglo XIX, la ciencia que “reconoce y mide la desigualdad”, fue la que describió “las bases biológicas de la historia social” 43. El estadista “simplemente respondía a la preocupación general de la gente que consideraba el crimen como la expresión de una sociedad enferma”
Un gesto que se puede interpretar como la desesperación, de unos individuos con dinero y miedo por no verse afectados por aquello que sucedía con todos los demás en la sociedad. Los patrones de conducta, junto a la generalización de rasgos y las analogías más propagadas, sirvieron para ingresar a la sociedad en un proceso de clasificación, del que pudieron nacer los estereotipos. De ese proceso se obtuvieron datos que sirvieron para controlar la población en varios aspectos y lograr enrumbar a las masas hacia los fines de las elites. En si fueron medios usados para enfrentar diferentes tipos de afecciones de salud y convivencia social que ponían en riego el “progreso” de la sociedad.

La manera en que esos estereotipos fueron usados y aplicados entre los individuos en su momento funcionó como una herramienta para enfrentar las dificultades. Pero podemos apreciar en la actualidad que los estereotipos se fueron volviendo una herramienta de influencia mucho más profunda, trastocadora de comportamientos, simplificadora de la gran masa de individuos en un objeto descomplejizado, establecedora de parámetros de estandarización de comportamientos. En si los estereotipos introdujeron una simplificada manera de adentrar las masas en un molde. Para llegar a esta forma de categorizar a los individuos y simplificar el modo de entenderlos, en palabras de Eirini Grigoriadou de la Universidad de Barcelona, la Facultad de Geografía i Historia se nos especifica lo siguiente:
La individualización del criminal la encontramos en el campo de la criminalística yconcretamente en la práctica de Alphonse Bertillon (1853-1914), Jefe del Departamentode la Identidad Judicial de la policía de París. Mientras que la generalización delcriminal la encontramos en el campo de la criminología cuyo portador es FrancisGalton, antropólogo y fundador de eugenesia. Si Bertillon diferencia el individuocriminal del grupo, Galton lo somete a una tipología. En el primero, la fotografía seintegra en la práctica del archivo y en el segundo, el archivo de la especie criminal seincorpora en una única imagen visual mediante sus composiciones fotográficas.
Podemos así observar que la elaboración de los estereotipos con los que estamos familiarizados en la actualidad tuvo uno de sus orígenes en la elaboración de fichas criminales de los prisioneros. De los dos métodos usados para procesar a los criminales, el desarrollado por Francis Galto nos lleva a entender un poco mejor el cómo se llegó a entender a los individuos dentro de estereotipos.
El proceso de sus retratos consiste en superponer varias fotografías de diferentesrostros en cuyas múltiples exposiciones surge un tipo de rostro, archivado en unaimagen singular. Cabe añadir que estos retratos son fruto de su colaboración con elbiólogo y filósofo Herbert Spencer y destacaríamos su influencia posterior en el médicoestadounidense William Noyes y en el fotógrafo francés Arthur Batut quien a través dela técnica de Galton propuso la idea de que los padres averiguarían las característicasque sus hijos podrían tener…

El primer conjunto de retratos corresponde a una serie de criminales condenadospor asesinato, homicidio son premeditación o robo con violencia. Cabe señalarque los rasgos de los retratos compuestos resultan mucho menos inquietantes quelos de cada uno de sus componentes. Han desaparecido las espantosasirregularidades específicas y prevalece la común humanidad subyacente.Representan, no al criminal, sino al hombre propenso a cometer un crimen.

Al llegar a la actualidad entramos en consciencia de cuál ha sido el alcance de los estereotipos. Se han vuelto herramientas que han moldeado el comportamiento de generaciones, definido la conducta dentro de estándares semi-irrefutables y han encasquillado a los individuos en etiquetas que ellos no quisieron, sino que les fueron impuestas.
En la “carrera” por alcanzar el éxito, lograr destacar, marcar la diferencia, volverse alguien importante e influyente, nos introducimos en el estereotipo de lo que queremos llegar a ser, hasta que lo logramos y nos volvemos el estereotipo ejemplificador de cómo es ese alguien en nuestra posición.

¿Pero es acaso beneficioso llenar de etiquetas a las personas para poder entenderlas?

La tecnología se va volviendo cada vez más intracorporal, por estar cada vez más ligada al cuerpo, transmitiendo sobre él, con él y a través de él, volviéndose una complementaria herramienta en la expansión y distribución de los más actuales patrones estandarizadores. En este medio el cuerpo ya no es un fin a alcanzar, sino que también se volvió medio para transmitir. Solo queda la conciencia de los individuos para que se apropien de sus cuerpos usándolos para transmitir sus propias expresiones y no exactamente las que el medio les quiere imponer.
En ese contexto podríamos tomar como ejemplo las maneras que tuvieron y/o tienen de usar el cuerpo para expresar, en conjunto con la tecnología a su alcance, sus posiciones frente a los estereotipos que marcan tanto el género, en el caso de Hannah Wilke, como el color de piel, con Samuel Fosso.

Hannah Wilke, de New York, EE. UU., formó parte de un grupo de artistas mujeres que denunciaron a través del uso de sus cuerpos el lugar que tenía la mujer en la sociedad como un ente pasivo, como un objeto. Ella fue criticada como exhibicionista por la manera de usar su cuerpo desnudo para expresar su posición frente a la inexistencia de la mujer en el campo artístico y el lugar que tenía en la sociedad.

Samuel Fosso, de Kumba, Camerún, a través de los autorretratos fotográficos hace su expresión de protesta frente a la manera en que los estereotipos han marcado el concepto de ser africano que se tenía y aún se tiene en el mundo. Su mecánica radica en tomarse fotos con distintas prendas y poses en representación de un negro en otra piel, por así decirlo.
Estos dos artistas a través del uso de sus cuerpos propusieron maneras de exteriorizar la posición que cada uno tenía frente a los conceptos de sus tipos sociales que se manejaban, y aún se manejan, en la sociedad global. El ser mujer y el ser negro, así también como ser de otro color de piel o tener otros gustos sexuales, son varios de los estereotipos que nos demuestran se puede combatir a través de la apropiación de nuestros cuerpos como el lienzo sobre el que se exterioriza la manifestación artística.


Bibliografía
McLuhan, Marshall. “El medio es el masaje”. New York: Bantam Books, 1967.

Grigoriadou, Eirini. Michel Foucault: sobre el cuerpo criminal y las ciencias sociales. El criminal en los archivos fotográficos. En revista Pensar.Epistemología y Ciencias Sociales, N° 6, Editorial Acceso Libre, Rosario, 2011.
Del medio, el cuerpo y el tipo